martes, 21 de abril de 2009

Señor ¿a quién iremos?... Tú tienes palabras de vida eterna



Piensa por un momento que estás en una disyuntiva: frente a ti hay dos caminos, y una decisión por tomar, ¿Cuál camino seguir? Adelante, hay senderos comunicantes y aun tendrás oportunidad de cambiar de ruta si te parece; pero aunque al principio de la jornada los dos caminos parecieran conducir al mismo destino, la realidad es que en el trayecto habrá encrucijadas y vericuetos que te alejen más y más del horizonte original. ¿Cómo saber hacia dónde te diriges si no conoces el camino? Pues, confiando en las marcas y las señales que te orienten acerca de cuál rumbo llevas. Puedes confiar en tu intuición, pero aun así, ese método se compara a "oír una voz interior" que te da indicaciones, y te hace tomar decisiones.
¿Negro, o blanco? ¿Derecha, o izquierda? ¿Di-s, o el diablo? ¿Bien, o mal? ¿Creer, o no creer? ¿Religioso, o agnóstico? ¿Piadoso, o impío? ¿justo, o inicuo? Mira tú, que no puedes transitar sin tomar decisiones, pues aun, no decidirse, implica tomar una decisión.
La razón, es contraria a la fe, pero esta última es más firme e imperturbable que la primera. La fe, para la mente humana, -ya lo dijo SHAULO de Tarso- es locura. Y sin embargo, la fe ha estado presente en el corazón del hombre más tiempo que la razón y la ciencia. Para los que creemos en Di-s, esto se justifica al aceptar, que la fe, es un depósito que Di-s colocó en el alma de todo viviente, y es el vínculo de comunicación remanente entre el espíritu del hombre, y EL ESPÍRITU DIVINO. Un vínculo que fue originalmente diseñado sin velos ni impedimentos , y que permitía a ADAM percibir nítidamente a Di-s, y que fue dañado tras la caída por el pecado.
Si esto no fuera así, entonces cómo podríamos explicarnos que a lo largo de la existencia de la humanidad, en todos los grupos étnicos apartados por barreras geográficas, históricas y culturales; hay una historia similar que se ha contado por generación y generación, acerca del origen del hombre. ¿Quién puso en el hombre, ese "inconsciente colectivo"?
Para algunos, los hebreos plagiaron sus historias y creencias tomándolas de Egipto, y Babilonia, y desarrollaron su Teología, como una piratería emanada del mazdeísmo; sus leyes, extraídas del Código de Hamurabi; la historia de Noé, una adaptación del Gilgamesh, y así otros presuntos plagios.
El cristianismo, no se salva de ser inculpado de plagio y piratería, pues, reconocidos eruditos, historiógrafos, y demás expertos, encuentran (y no sin argumentos) múltiples coincidencias entre Jesucristo, y figuras míticas. (Horus, Osiris, Tamuz, Mitra, Odin) Todos los cuales se presentan en sus particulares mitologías como: hijos de dios, nacidos de madres vírgenes (a las cuales se les brinda adoración con títulos como: Reina del Cielo, Madre de Dios) hacedores de milagros y prodigios, redentores inmolados, que murieron y luego resucitaron, y trajeron la vida eterna como beneficio al hombre.
Mitos que, aparentemente fueron incorporados a lo largo de los primeros siglos del cristianismo en una flagrante alteración de las enseñanzas de YAHOSHUA, y el testimonio fiel de los primeros enviados (a quienes llamamos apóstoles), en la perversa administración que Roma y Constantinopla (al fin y al cabo, ambas mitades de Roma), hicieron de la verdad, a la cual adulteró, con el fin de que el clérigo pudiera sojuzgar al laico, por la codicia de riquezas y prebendas. Rasgos que, la iglesia evangélica (su hija por gemación) heredó como parte de su código genético; y que se ha manifestado en las cualidades de la iglesia laodiceana que está extendida en la actualidad por diferentes regiones. Plagada de "hombres piadosos" milagreros "show-man" del evangelio (en este caso escrito con minúsculas), carentes de afecto natural, rebeldes y contumaces, amadores más de sí mismos, antes que temerosos de Di-s; de intereses mezquinos. De ministerios guiados por hombres y no por Di-s, que administran la iglesia más por vanagloria, que por amor al prójimo.
Los musulmanes quienes reclaman para sí, ser los legítimos depositarios de la fe, y las promesas de Di-s, toda vez que judíos y cristianos fallaran en la comisión de defenderla y predicarla; entran en conflicto con judíos y cristianos, no solo en la forma de invocar a Di-s, sino en la persona de Jesucristo como Siervo del PODEROSO, y como HAMASHIAJ del ETERNO, mas no como El Hijo de Di-s; con lo cual no hay aparentemente punto de reconciliación doctrinal entre estas dos religiones y el islam.
Para incrementar la complejidad del tema, los creyentes en el fenómeno OVNI, los evolucionistas, los agnósticos, y los satanistas, representan la antípoda de la fe en Di-s, y en las enseñanzas derivadas de la fe. La Dianética, la Metafísica, el Gnosticismo, la New Age, la Cienciología, la Masonería, el Rosacrucismo, la Teosofía, y otras corrientes y hermandades esotéricas, aportan sus conceptos y cosmogonías para fundamentar y sistematizar sus posturas respecto de la vida, el hombre y Di-s.
Entonces: ¿A quién seguir, y hacia dónde ir, qué hacer, y en quién confiar? Y aun queda la opción de no decidir, de vivir por vivir; de creer solamente en lo que es palpable a través de los sentidos, o razonado por la mente humana. Pero, bajo esta óptica simplista aun hay que resolver algo: ya no el ¿Por qué? Sino el ¿Para qué de la vida? Pues de las respuestas, dependerán las decisiones a tomar en la vida, qué seguir. Por tanto: ¿A quién iremos?
La VERDAD, no requiere defensa, simplemente porque es verdad, y está por encima de sentimientos, criterios, opiniones, percepciones, mayoría de votos, posturas e intereses ajenos a la verdad. La VERDAD no requiere defensa, solamente requiere ser hablada con la verdad, sin adulterar, sin esconder nada, sin tener miedo de ninguna mentira. Si lo que dice la Escritura es una exageración mítica forjada para apelar al asombro del creyente. Pues entonces veamos la Escritura desmitificada como lo propuso Bultmann, ciñéndonos a percibir la porción medular de la enseñanza; si le damos una validez moral que no depende de nuestros propios criterios, porque es universal y trasciende nuestra comodidad y conveniencia egoísta. Si a través de ello, concedemos que habla con una sabiduría que por ser perfecta, no es humana, no tenemos otro remedio que decir como dice KEFA (Simón Pedro, hijo de Jonás):
"--Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres HAMASHIAJ, BEN ELOHIM (Cristo, Hijo del Di-s viviente)." Juan 6:68-69

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