viernes, 27 de febrero de 2009

Sucede a veces en el caminar, que...

Sucede a veces en el caminar, que ÉL, nos lleva sujetos de la mano, de la manera que un padre suele hacer con su hijo para conducirle con seguridad, y evitar que se caiga o se extravíe. Pero entonces, como sucede con todo hijo renuente a la guía: damos tirones, y giramos la muñeca, deslizamos nuestros dedos dentro de Su Mano cerrada. Nos hacemos sordos a Su Voz, y evitamos Su mirada (aunque Su Mirada está en todas partes), y al final nos soltamos de Su Mano, solo para resbalar y caer en el instante siguiente.
Humillados y sucios por nuestra necedad, sentimos vergüenza y miedo del merecido castigo a nuestra desobediencia consciente, (pues no hay ya serpiente que pueda hacernos daño y a la cuál culpar por la caída), y zozobramos con lloro y crujir de dientes, porque el alma se desliza en un tobogán hacia el temido abismo, justa paga a nuestras acciones, y nuestro olvido.
Y entonces clamamos por Su Misericordia, segura el alma de Su Fidelidad, llegando la Paz al corazón.
Según nuestras propias calificaciones, medimos la gravedad de la falta cometida, tardaremos más o menos en aceptar Su Perdón, pero siempre nos sentiremos perdonados por ÉL, aun antes que perdonados por nosotros mismos (etapa que conocemos como remordimiento, las ascuas sobre las cuales el demonio -nuestro acusador-, sopla avivando las llamas de nuestro particular infierno) llevándonos a inventar alguna forma personal de expiación nos convertimos en penitentes. Cuando la Única Expiación Perfecta, ya fue presentada por ÉL, nuestro Sumo Sacerdote (Kohen HaGadol). ¿Qué otra forma podría haber de pagar nuestro rescate?
Prometemos entonces, en gratitud por nuestra salvación, ¡Nunca más volvernos a soltar de Su Mano! Mas, ¡Oh torpes seres, soberbios seres inconstantes que somos! Al no reconocer, que de los concertantes del Pacto entre ÉL, y el hombre; siempre el hombre, y solo el hombre, terminará incumpliendo su promesa. Y rogando al ETERNO por Su Misericordia, confiados en Su Fidelidad, lo invocamos para que Su Paciencia no se agote.
Él entre tanto, solamente nos dirá: "Esfuérzate y sé valiente, no temas ni desmayes pues YO estoy contigo". "Solamente que te esfuerces y seas muy valiente para que guardes y hagas conforme a todas Las Palabras que YO te mando". "Porque he puesto delante de ti la maldición y la bendición". "Escoge la bendición para que vivas y seas de larga vida sobre la tierra". "No temas porque te puse nombre, y Mío eres tú"…
"Mi Padre que ES Mayor que YO, me dio las ovejas… y nadie me las puede quitar"
Perdón ABBA, aquí está mi mano...
Construyamos SHALOM en la tierra.
TODA RABA por leer hasta aquí.
SHEVU'A TOV (SEMANA BUENA)

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